miércoles, 21 de julio de 2010

Y aquí esta otro mío, mío...

Tengo la luna prendida por de tarde
en la enramada espalda del roble antiguo.

Tengo arcángeles llorando
la vacuidad de sus alas
sujetando el frágil peso
de mi puño inmaduro.

Entonan acordes al unísono
en trance vertical,
intercambian
sus sales:
Humo sujeto, espectro,
sol envuelto en luna,
claro de luna.

Serenos en grabes tonos
ensalzan la exploración:
batallas cósmicas
del frotamiento de dos polos.

Entre tanto…
¿cuál sonata nocturnal,
Habrá ahora de cubrirme?
Cuando por la enramada espalda
del roble antiguo,
tenga la luna prendida…
y él frío.

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