domingo, 11 de julio de 2010

Otro de mi autoría.


El arpegio de su tacto

me vestía de contacto

con ropajes de censura

hilvanados con la luna.


Cubiertos en cuerpo entero

fatigamos el desvelo

que caía sobre los cuerpos

extasiados y sedientos.


Empapados los ropajes

descrubimos nuestra carne

que escuria y evaporaba

a la luna consumada.

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